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La Red de Acción contra los Plaguicidas de Europa (PAN Europe) ha realizado un análisis en 10 países de la UE que muestra la presencia generalizada de altos niveles de ácido trifluoroacético, miembro de la familia de los PFAS.
Un estudio exploratorio de 23 muestras de agua superficial y seis de aguas subterráneas de diez países de la UE, realizado por organizaciones que forman parte de la Red de Acción contra los Plaguicidas de Europa (PAN Europe), ha revelado niveles alarmantes de ácido trifluoroacético (TFA), un sustancia química poco conocida y en gran medida no regulada. La contaminación no está relacionada con fuentes industriales y es generalizada, con concentraciones notablemente altas en áreas agrícolas.
El TFA es un producto de degradación de pesticidas que contienen PFAS, gases fluorados y otros PFAS. Se encontraron concentraciones medias de 1,180 nanogramos por litro (ng/l) en las muestras de agua. Esto es 70 veces mayor que la concentración media de todos los demás PFAS estudiados combinados (17.5 ng/l), incluidos los bien conocidos PFAS hallados en puntos con concentraciones elevadas. En 23 de las 29 muestras de agua (79%), las concentraciones de TFA superaron el valor límite propuesto para «total de PFAS» en la directiva de agua potable de la UE. Ninguno de los otros PFAS analizados superó sus valores límite correspondientes.
«El TFA se puede encontrar lejos de las regiones industriales en niveles altos. Nuestros datos pintan un panorama alarmante de contaminación generalizada del agua por un PFAS poco conocido pero altamente persistente y muy móvil», dice Helmut Burtscher-Schaden, bioquímico de la organización ambiental GLOBAL 2000. «El problema de los PFAS, que durante 25 años se ha entendido principalmente como un problema de puntos altamente contaminados pero localizados, ahora se ha extendido a todas las masas de agua.»
Hasta donde sabemos, la mayoría de los 27 países de la UE no realizan un seguimiento de los niveles de TFA en aguas superficiales, subterráneas o potables, ni tales datos están disponibles públicamente. Son excepciones Alemania, Bélgica, Dinamarca, los Países Bajos, Noruega y Suecia.
Doble fracaso de las autoridades y la política
La Agencia Alemana del Medio Ambiente (UBA) identificó recientemente a los pesticidas que contienen PFAS como probablemente la principal fuente de contaminación por TFA en las zonas rurales. La regulación de pesticidas de la UE requiere que los pesticidas solo sean aprobados si sus sustancias activas y «metabolitos relevantes» (= productos de degradación) no superan concentraciones de 100 ng/l en aguas subterráneas. El hecho de que todas las muestras de agua superen con creces este límite, pero los pesticidas PFAS sigan aprobados, se remonta a una decisión nefasta de la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) hace más de 20 años. En 2003, la agencia concluyó que el TFA era considerado un “metabolito no relevante”, eximiéndolo de todas las obligaciones de control y límites.
«La desastrosa decisión de la EFSA de descuidar la contaminación de las aguas subterráneas por TFA aseguró la comercialización de pesticidas que contienen PFAS para los fabricantes y sentó las bases para lo que posiblemente sea la contaminación más grande y más generalizada de aguas superficiales y subterráneas europeas por una sustancia química sintética en la historia», dice Salomé Roynel, responsable de políticas de PAN Europe.
Sin embargo, la Directiva Marco del Agua de la UE también debería haber evitado esta contaminación. En particular, prohíbe la contaminación química de las aguas con sustancias químicas como el TFA. El artículo 4 requiere explícitamente que los Estados Miembros “habrán de aplicar las medidas necesarias para invertir toda tendencia significativa y sostenida al aumento de la concentración de cualquier contaminante debida a las repercusiones de la actividad humana”. Esas “medidas necesarias” exigidas por la ley indudablemente deberían haber incluido una prohibición de los pesticidas que contienen PFAS y otro grupo de PFAS, los llamados gases fluorados, que pasan a la atmósfera procedentes de refrigerantes industriales en miles de toneladas y luego pasan al ciclo global del agua como TFA a través de la lluvia.
Aunque el TFA es el producto final persistente de aproximadamente 2,000 sustancias PFAS, hay poca investigación sobre su toxicidad para el medio ambiente y los humanos, como explica la Dra. Pauline Cervan, toxicóloga de Generations Futures: “Recientemente se descubrieron pruebas de propiedades peligrosas del TFA en un estudio animal encargado por la industria, en el cual el TFA causó malformaciones graves en conejos bebés cuyas madres fueron expuestas al TFA durante el embarazo. En los últimos años, las autoridades europeas y estadounidenses han revisado repetidamente sus evaluaciones de toxicidad para algunos PFAS relativamente bien estudiados y han establecido límites en el rango de nanogramos. Solo podemos esperar que el TFA no resulte ser igualmente tóxico”.
La Oficina Federal Alemana de Químicos informó recientemente a la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) de su intención de proponer la vinculación del TFA con la toxicidad reproductiva.
La magnitud de la contaminación por TFA detectada requiere una acción rápida y decisiva, con (i) una prohibición rápida de los pesticidas que contienen PFAS, (ii) la implantación de la restricción general de PFAS bajo el reglamento de sustancias químicas REACH, (iii) la clasificación del TFA como «sustancia prioritaria» bajo la Directiva Marco del Agua, y (iv) obligaciones de control y límites para el TFA, exigen la red PAN Europe y las organizaciones que forman parte de ella.
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Fuente:
Junio, 2024